In Memoriam: Salvador Pedreño
El pionero de la planificación estratégica y uno de sus máximos exponentes en España, falleció el pasado 23 de abril a sus 75 años. Su nombre queda escrito en el "Libro de oro" de la publicidad.
Salvador Pedreño nació en 1944 y llegó a la publicidad después de haber estudiado Economía y Sociología en Barcelona, España.
Su primer trabajo destacado fue ser jefe de publicidad del anunciante Iberenka (Terlenka), empresa en la cual su agencia fue Carvis.
En 1978, fundó la agencia española RCP (por las siglas de los apellidos de los socios Rilova, Casadevall y Pedreño). Y aquí fue como comenzó a forjar su legado, ya que en la agencia le apostaba a hacer una publicidad diferente, en un tono contenido y creíble, con gran preocupación por lo estético (casi obsesivo por el detalle) y, sobre todo, con una idea y una estrategia que sustentara cada una de las piezas creativas.
Pedreño incentivaba a sus creativos para que den lo mejor de lo que eran capaces. Entre sus campañas memorables figura "Aprende de tus hijos", para Danone, donde incentiva el consumo de yogur por parte de los adultos:
Según el portal academiadelapublicidad.org, "RCP obtiene grandes éxitos y numerosos premios nacionales e internacionales en la década de los ochenta (Cannes, Clio, Fiap). En 1986 es adquirida por Saatchi & Saatchi y, en 1990 Pedreño, junto a su inseparable socio Casadevall, fundan la nueva Casadevall, Pedreño & PRG (luego Publicis Casadevall Pedreño entre otros nombres) en la que se repitieron éxitos para sus clientes: Sanex, Vileda, Galerías Preciados, El Corte Inglés, Cruz Verde, Ayuntamiento de Barcelona, etc".
Reproducimos a continuación un epílogo escrito por Luis Casadevall, a modo de despedida de su gran amigo y socio. Tomado de programapublicidad.com:
Luis Casadevall: Qué es lo que tengo que decir, Salva?
Esa es la pregunta que más le hice a Salva durante casi 40 años de trabajo en equipo. Cuando recibíamos un proyecto de un cliente, un proyecto lleno de información, datos farragosos y puntos de vista distintos, yo le preguntaba al mejor Estratega Publicitario que ha existido: Pero Salva, ¿qué es lo que tenemos que decir?
Y a las dos o tres horas Salva me dejaba encima de la mesa una hoja con una sola frase escrita con muy pocas palabras. Eso era lo que había que decir. Lo más sencillo, lo más lógico y lo más brillante.
Hoy no tengo aquí a Salva para preguntarle qué es lo que tengo que decir. Seguramente por eso no tengo palabras. Solo, mucho agradecimiento por haber tenido la inmensa suerte de haber compartido tanto juntos. En la publicidad y en la vida. Gracias por todo, Salva.
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